Un grifo es una válvula mecánica que sirve para regular, liberar o bloquear el flujo de un fluido –generalmente agua– desde una tubería. Aunque abrir un grifo es muy común hoy en día, no pensamos habitualmente en todo el conocimiento y la tecnología necesarios para que tengamos agua, en cualquier momento, con un simple movimiento de la mano. Pero entre la captación, el tratamiento y la distribución a la cocina o el baño, el agua toma una ruta bastante compleja.
Proporcionar agua a los edificios es un antiguo deseo. Se han encontrado grifos rudimentarios en Creta, y se estima que datan del año 1.700 a.C. [1] Durante el Imperio Romano, el agua comenzó a distribuirse a través de tuberías de plomo, y en los famosos baños públicos romanos, los grifos de plata y otros accesorios de oro y mármol permitieron cierto control del flujo de agua. En el siglo XIX, comenzó la distribución de agua a presión en las casas, exigiendo un dispositivo más complejo que pudiera soportar presiones más altas, sin fugas ni estallidos. Fue allí donde apareció el grifo, inventado en Inglaterra en 1800 por Thomas Gryll. "Al igual que los grifos modernos, tenía un tornillo que forzaba un anillo de sellado contra una superficie plana, interrumpiendo así el flujo de agua". [2]
Desde entonces, los grifos han evolucionado continuamente, combinando funcionalidad y estética. Actualmente, hay opciones que consumen menos agua, que usan sensores de movimiento para encender y apagar, otras con filtros incorporados e incluso ejemplos que liberan agua hirviendo y agua carbonatada. Sin embargo, más allá de sus formas y acabados, existe una serie de consideraciones a tener en cuenta al elegir el grifo para un baño o una cocina. Esta es una decisión importante, ya que se usarán con mucha frecuencia y cambiarlos luego de la instalación puede ser costoso. Compartimos con ustedes algunos puntos a considerar:
¿Grifo o mezclador?
Lo primero que debemos considerar es si existe o no un suministro de agua caliente en el punto a instalar. Mientras que los grifos son más simples, liberando solo agua fría, los mezcladores mezclan agua caliente y fría, permitiendo la temperatura deseada. En el segundo caso, la activación puede realizarse mediante controles separados o con mezcladores de palanca única (monomando), en los que la temperatura del agua se ajusta de acuerdo a su posición.
¿Encimera o pared?
Una segunda consideración se refiere a la altura de la tubería. Si el punto está debajo de la parte superior de la mesa de trabajo, una manguera conectará la tubería con la encimera (que se perforará) o con un orificio en el lavamanos. En este caso, se deberá comprar un grifo de encimera, que se apoyará sobre su superficie.
Pero hay arquitectos que prefieren diseñar la salida del punto de agua por sobre la parte superior de la encimera, que suelen tener alrededor de 90 cm de altura. En este caso, el grifo se conecta directamente al punto de agua en la pared. Aunque son menos comunes, también existen grifos de piso e incluso de techo.
¿Existe una altura ideal?
Para responder esta pregunta, es muy importante estar al tanto de las tareas que se realizarán. Por ejemplo, en un baño, generalmente la tarea más común será lavarse las manos. Por lo tanto, lo importante es tener un espacio de al menos 10 cm entre el grifo y la parte superior del lavamanos. Menos que eso será incómodo, pero una altura demasiado alta puede hacer que el agua salpique. Si el lavamanos va superpuesto sobre la encimera, es importante elegir un grifo alto.
En la cocina, las funciones son más diversas. Aquí, es importante considerar el espacio necesario para lavar ollas y platos más grandes o desinfectar alimentos, por ejemplo. Se recomienda dejar al menos 30 centímetros de altura, independientemente de si el grifo se fijará a la pared o a la encimera.
Manejo
Actualmente existen varias opciones de grifos con sensores de activación automática para lugares públicos, los cuales han ganado espacio con la propagación de enfermedades que se contagian por contacto con las superficies. En los hospitales, por ejemplo, el uso de grifos operados por el pie o el codo es muy común, evitando el contacto de las manos con elementos potencialmente contaminados.
Por supuesto, esta preocupación en el hogar no debe ser tan exacerbada. El manejo de un grifo generalmente se realiza mediante el acto de girar la manilla. Es importante tener en cuenta que este movimiento de la muñeca puede ser incómodo o difícil para algunas personas. Además, esta acción a menudo se realizará con manos sucias o con jabón, por ejemplo. Las palancas pequeñas tienden a ser más prácticas.
Materiales
En el mercado existen grifos y mezcladores de materiales plásticos o metálicos. Las opciones fabricadas de ABS (acrilonitrilo butadieno estireno), también llamado plástico de ingeniería, son generalmente blancas, pero pueden recibir pinturas metálicas u otros colores. Son más baratos, pero mucho menos resistentes que las llaves de metal.
Las llaves metálicas generalmente tienen un núcleo hecho de latón, cobre o aleación de zinc o acero inoxidable. El acabado externo más común es el cromo, sin embargo, existen también grifos de cobre, aluminio y latón, con superficies pulidas o mate.
Las opciones son diversas y todo dependerá de la estética deseada y las posibilidades financieras del usuario o cliente. Una pregunta importante a considerar es si la presión de la tubería es adecuada para el modelo de grifo elegido. Si necesitas verificar esto, debes medirlo con un manómetro. En general, la instalación no es complicada si el grifo es simple. En cualquier caso, la ayuda de un fontanero profesional, y el respaldo técnico del fabricante, siempre es una opción prudente para evitar futuros problemas.
Notas
[1] The Historical Evolution of the Faucet. Dc Plumbing
[2] A conformidade das torneiras. Revista digital AdNormas